lunes, 3 de agosto de 2015

La denuncia ¿Única vía contra la violencia machista?

Este artículo se publicó en El Diario Fénixdigital activo hasta abril de 2017



En lo que va de año 23 víctimas de violencia machista han sido asesinadas. Sólo en cuatro de estos casos había denuncia previa y dos de ellas no fueron presentadas directamente por la víctima. ¿Por qué no denuncian?






En 2014 por casi estas mismas fechas, eran 40 las mujeres asesinadas a manos de hombres que habían sido su pareja. Ya en agosto conocíamos los peores datos de violencia de género desde 2008. Y el año pasado acabó aún peor, con 54 mujeres asesinadas y sólo 14 de ellas habiendo denunciado a su agresor. Ahora, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad, en lo que va de año 23 víctimas de violencia machista han sido asesinadas. Sólo en cuatro de estos casos había denuncia previa y dos de ellas no fueron presentadas directamente por la víctima. 

Por qué no denuncian es la pregunta que busca responder un estudio reciente de la Delegación del Gobierno para la Violencia de GéneroA partir de entrevistas a mujeres víctimas residentes en la ciudad de Málaga, la mayoría no denunciantes pero que sí están recibiendo ayuda psicológica, el informe presentado nos aproxima a las causas, complejas e imposibles de generalizar, del silencio ante el maltrato. Se consulta también a profesionales que trabajan para ayudarlas.

Sobre todo, este estudio se centra en los ataques a la estabilidad psicológica, al miedo que, infundido por los maltratadores, impide a las mujeres sentirse libres de tomar sus propias decisiones. El 42’5% de estas víctimas afirma estar sufriendo violencia del tipo físico-psíquica, sintiéndose más afectadas en el aspecto psicológico.

El miedo a ser incomprendidas acompaña a la mayoría de las víctimas
El principal motivo por el que afirman no haber denunciado su situación, es el miedo a las represalias. Temen enfrentarse al proceso judicial y a que el poner denuncia empeore su situación en lugar de solucionarla, incluso cuando ya se han separado del maltratador. Las que así lo han hecho afirman además que es más difícil identificar que se está sufriendo violencia de género al vivir la situación desde dentro. También la presión familiar es uno de los motivos. En algunos casos la propia familia les ha aconsejado “aguantar”.

El miedo a ser incomprendidas es algo que comparten todas las víctimas. Les cuesta hablar de su situación porque sienten vergüenza, temen al ‘qué dirán’ si reconocen que su pareja es un maltratador, tanto por sentirse culpables de haber querido estar con él como por el temor a ser acusadas de estar haciendo una denuncia falsa para sacar beneficios de ello.

El sistema judicial se lo pone muy difícil a las víctimas
Aunque los profesionales consultados en este ámbito afirman que el sentirse culpables de los malos tratos sufridos, el temor a las represalias y la presión familiar son indicadores que están perdiendo importancia a la hora de disuadir a la víctima de denunciar. El informe critica, a partir de las afirmaciones de los propios profesionales, que el sistema judicial se lo pone muy difícil a las víctimas, al obligarlas a contar su historia, reviviéndola, repetidas veces. Estos profesionales sostienen que falta información sobre el proceso judicial que viene tras la denuncia, para que las mujeres sepan cómo afrontarlo. Pues las que lo desconocen temen aún más dar ese paso.

Como elemento muy importante a tener en cuenta, el informe señala que “es fundamental escuchar a las mujeres antes de iniciar el proceso judicial, no presionarlas ni garantizarles que es la única vía de salida, porque lo cierto es que no es la única”. Propone que se trabaje en hacer más visibles todas las vías de ayuda distintas a la denuncia, como la ayuda  psicológica, los cursos de formación y la inserción laboral. De manera que las mujeres puedan empezar a poner fin a su situación sintiéndose fuertes y preparadas a la hora de denunciar.

Falta dedicación a la meta de la plena igualdad de género
Recordamos el estudio de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), que el año pasado señalaba que de 42.000 mujeres entrevistadas dentro de la UE, el 55% afirmaba haber sufrido una o dos situaciones de acoso sexual a lo largo de su vida.
Además, este estudio advertía del protagonismo creciente que en los últimos años se ha detectado que tienen las aplicaciones móviles en el acoso a la mujer. Por razones como esta, la FRA pedía más dedicación a la meta de la plena igualdad de género, advirtiendo que faltan medidas de  apoyo a las mujeres para que se sientan libres de denunciar y pedir ayuda. 

Diferentes informes se han referido en los últimos años a la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, por ser insuficiente a la hora de reducir con eficiencia el abuso contra la mujer. El pasado mayo, se rechazó en el Senado la moción del grupo socialista que pedía más medidas para trabajar contra la violencia machista en el medio rural, donde las mujeres maltratadas encuentran menos servicios a los que acudir para pedir ayuda. Con 148 votos del PP en contra, la propuesta rechazada pedía más labores de concienciación y más seguridad para las víctimas de la violencia de género.





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