jueves, 15 de mayo de 2014

The Corporation

Fuente: youtube.com

¿Qué entendemos por bienes? ¿Qué es la  riqueza? ¿La fabrican las empresas, las corporaciones? Estos son algunos de los interrogantes que el documental The Corporation, estrenado en 2004, nos invita a preguntarnos. Y ¿Qué es The Corporation, además del título de esta obra audiovisual?



Definida como una gran paradoja, por aportar tanto bienestar como daño a nuestras vidas, es la dinámica por la que se rige la organización de nuestra sociedad. Es una idea, la de trabajar por un bien común. Es una forma de vida, “como una familia” dice el documental,  pero que instala la lógica corporativa, empresarial, como el modo de entenderla. Las corporaciones o empresas representan el ideal capitalista que pone en marcha y mantiene nuestra forma de asimilar la existencia y los bienes que encontramos en ella.

Fue a partir de 1712, con la expansión de la era industrial, cuando se da el auge de las corporaciones. El interés por la producción dio lugar a grandes multinacionales que desde entonces no han dejado de capitalizar el tiempo de las personas. Destaca la creación del concepto ‘persona jurídica’ para definir a las empresas, así los intereses de estas se equiparan a los de aquellas, se definen los deseos de las personas en términos de beneficio a corto plazo. Pues la propia naturaleza de las corporaciones es optimizar costes, producir más por menos para alcanzar la máxima rentabilidad.

Una empresa está integrada por personas, pero no es una de ellas. The Corporation representa en este sentido lo mismo que los hombres grises contra los que lucha Momo. Se llaman hombres, igual que una empresa se llama ‘persona jurídica’, pero son precisamente devoradores de hombres, de su tiempo convertido en un beneficio promocionado como común: el dinero y el bienestar que genera. Los ciudadanos se definen así como “consumidores no pensantes de cosas que no quieren”. Siendo un objetivo común, no nos sentimos culpables por formar parte o promover esta capitalización, en la que por supuesto se dan distintos grados de responsabilidad, pero a la que todos contribuimos.

La preocupación por el Medio Ambiente o por las buenas condiciones laborales se ha convertido en una cuestión de imagen, de marca para las corporaciones, pero no de compromiso. Por eso incide el documental en la externalización, entendiendo la misma como el traspaso de responsabilidades. Una empresa puede desentenderse de su responsabilidad sobre los trabajadores que le prestan un servicio, externalizando el mismo.  Y nosotros, como colectividad que ha aceptado el dinero como bien supremo, no nos sentimos culpables por los daños que genera nuestra forma de vida, al medio ambiente o a otras personas que no alcanzarán nuestro nivel de ‘bienestar’. El engaño se normaliza, porque ¿qué bien verdadero empujaría a las personas a esclavizar a otras y llamar a eso bienestar? Y más aún, ¿a esclavizarse ellas mismas por conservar esta idea que es The Corporation?



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