En el programa de Milenio 3 que enlazo en la anterior entrada, nombran al periodista de investigación Jon Ronson, que tras un prolongado estudio habla de cómo los psicópatas están tomando las riendas: “es un poco aterrador pensar que estemos premiando el comportamiento psicópata, tal vez el capitalismo esté hoy en día tan infiltrado por parte de los psicópatas, que ha remodelado la sociedad”.
Las sociedades maduran pero la lucha por el poder siempre ha estado ahí. Habíamos conseguido que se desarrollaran servicios públicos, que se respetaran derechos fundamentales ¿Y nos estamos dejando llevar ahora por una parte que tiende a la más pura superficialidad, para poder acomodarnos al mundo de lo privado y el dinero?
La distopía del poder y el
control no puede ser más real. Por eso creo imprescindible adaptar aquí un
estudio sobre teoría de la comunicación. Se trata de una analogía
de las obras V de Vendetta y 1984, de las que ya nombro algo en una entrada anterior sobre cultura de masas. En la obra de Alan Moore, el
resultado del intento del absoluto poder y control sobre la sociedad, es la
venganza de la misma hacia el sistema soberano. En cambio, en la novela de
George Orwell la consecuencia es la sumisión, el triunfo del control. Aunque
los finales son muy distintos, las obras se aproximan mucho, tanto en su
trasfondo de crítica social como en el modo de materializar las ideas sobre las
que han sido construidas.
Ya
en 1231, con la Inquisición, que nace cuando el poder de la iglesia se ve en
peligro, aparece el miedo como elemento imprescindible para la persuasión. La
Inquisición fue un sistema, además de represivo, persuasivo; “el secreto de la acusación, la
incertidumbre del acusado, la publicidad del castigo, la confesión y la
retractación, convierten a la Inquisición en un aparato gigantesco de anulación
de la discrepancia”.[1]
Tanto V de Vendetta como 1984
reflejan el miedo como mayor fuerza represiva, ejercida por el poder soberano,
sobre la sociedad. Y como potente arma para ejercer esa fuerza, se presenta la
información, como elemento que determina el movimiento social y hace posible su
control. Autores preocupados por la censura informativa y la desinformación, elementos
que establecen los intereses de la ciudadanía y la hacen prisionera del
sistema.
Las próximas entradas de este blog
las dedicaré a la reseña de ambas obras, para poder llegar a una síntesis.
Vamos a ver cómo V de Vendetta muestra,
por las mismas vías que 1984, una
visión de la situación social que puede que no esté tan alejada de la realidad
que estamos viviendo.
[1] Enric
Borderia, Antonio Laguna y Francesc A. Martínez. (1998) Historia
de la comunicación social. Voces, registros y conciencias p.141-142
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