La historia que cuenta el
thriller V de Vendetta, y que llegó a
nuestros cines en abril de 2006, era ya muy popular en Inglaterra, entre los
amantes del cómic, a mediados de los
80. La película fue dirigida por James
McTeigue, director que antes había trabajado con George Lucas en La Guerra de las
Galaxias, El Ataque de los Clones y con los hermanos
Wachowski en Matrix. La producción, de cuyo guión se encargan Joel Silver y los
hermanos Larry y Andy Wachowski, está basada en la novela creada por el escritor y guionista
Alan Moore, quien se negó desde el principio a colaborar con el proyecto.
Alan Moore, británico
nacido en 1953, es considerado uno de los mejores guionistas de la historia mundial del cómic. En 1982, Moore
ganó uno de los premios más prestigiosos de Inglaterra al mejor guionista, el Premio Eagle, por su trabajo en V de Vendetta. Obra en la
que el dibujante británico David Lloyd pone cara a los personajes.
El protagonista, V,
interpretado en el film por Hugo Weaving, lleva una máscara de Guy Fawkes, personaje que forma parte de la historia
británica del siglo XVII. Guy Fawkes intentó volar el parlamento para acabar
con el Rey el 5 de noviembre de 1605.
Imagen de Guy Fawkes |
Fue un acto de venganza en defensa de los
católicos, que habían sufrido la represión del gobierno de la reina Isabel I.
Desde entonces en Inglaterra se celebra, con fuegos artificiales y con la quema
de figuras de Guy Fawkes, “The Bonfire Night” el 5 de noviembre de cada
año. La elección de esta imagen para el
personaje de V no fue aleatoria, la trama revela muchas similitudes con la historia de Guy Fawkes.
Con una gran carga política y social, la película muestra la confrontación entre dos ideologías
radicales: el anarquismo y el fascismo.
V de Vendetta nos sitúa en
el año 1997, en el fin de una III Guerra Mundial. Inglaterra queda dominada por una dictadura
que controla la sociedad. El objetivo es
la sumisión, condición que el canciller considera indispensable para mantener
la seguridad de su puesto de control. Los medios colaboran con los soberanos,
desinforman para ocultar las estrategias y planes del gobierno. Los periodistas aparecen como manipuladores e
interesados, que basan su trabajo en mantener el orden social impuesto. El gobierno, la policía y los medios de masas
cooperan en sus especulaciones. Para conseguir sus objetivos y seguir adelante
con sus esquemas de trabajo, conservar la credibilidad es determinante. Valoran
y protegen la información por encima de todo, son palabras del canciller,
representado en el film por John Hurt: “La seguridad de ésta nación depende de
un total y completo acatamiento. La seguridad de la información es primordial”. “El verdadero objetivo de este proyecto es el poder, la absoluta
hegemonía”.
La película comienza con
la actuación protagonista de Natalie Portman. La noche del 4 de noviembre,
la joven
Evey, incumpliendo el toque de queda, sale de casa y se encuentra con el
abuso de los agentes del orden del Estado. Entonces aparece V, como salvador y
protector, al tiempo que terrorista que atenta contra la autoridad. Cuando Evey le pregunta quién es, él
responde: “Quién es sólo la formalidad que sigue a la función Qué. Soy villano
y víctima de las vicisitudes del destino.” V se presenta como el vestigio del vox populi, ahora desaparecido. Tras salvar a Evey del desafortunado
encuentro, como por arte de magia, hace sonar música en las calles y estallar
pólvora y fuegos artificiales que destruyen edificios públicos. Ante este ataque que provoca el desconcierto de todos los ciudadanos, el canciller ordena a sus
agentes la máxima dedicación para encontrar al responsable, y a los medios que
den la noticia de que el terrorista ya ha muerto.
V consigue entrar en los
estudios de la BTN (British Television Network), no sin dejar varios muertos a
su paso, para ofrecer su discurso a los ciudadanos. Recordando el espíritu de
Guy Fawkes, invita a todos a acudir al parlamento el 5 de noviembre del año siguiente, para
unirse a su causa.
Evey acepta sus argumentos
y se presta a colaborar con él. Le
cuenta la historia del asesinato de sus padres, que fueron activistas
políticos, y añade: “Siento no ser más fuerte, siento no ser como mis padres y
ojalá lo fuese, pero no es así”. Es cuando V decide llevar al límite la integridad
de Evey para que se enfrente al miedo y
comprenda su entrega a la venganza. Ella se encuentra de pronto sometida a todo
tipo de torturas y condenada a vivir con la certeza de que sus últimos y pocos
días de vida trascurrirán en esa celda infernal. Durante su estancia allí,
encuentra escondida la autobiografía de una antigua reclusa, Valerie, en la que habla de su experiencia en el
comienzo de la guerra y la masacre que vivió y de la que fue víctima, para
acabar en el mismo sitio en el que se encuentra Evey leyendo sus últimas
palabras. La joven encuentra en ellas la
fuerza para oponerse, a pesar de las torturas, a colaborar y ceder ante
quienes le han robado la libertad. “No debemos negar lo poco que queda de
nosotros mismos”.
El sentimiento de identificación con Valerie la libera del sentimiento de
incomprensión y soledad. Se reconoce como ser inalienable y pierde el miedo a
morir por defender sus ideas que, ahora más que nunca, son lo más sólido que
tiene, son lo que la sostienen.
La muestra de la desaparición de su miedo es lo que, para su sorpresa,
la hace libre. Evey descubre que es V quien la ha tenido prisionera y comprende
por qué lo ha hecho; “me dijiste que querías vivir sin miedo”.
Llega la esperada noche
del 4 de noviembre, la decisión de llevar a cabo los planes de V para volar el
parlamento recae en la propia Evey, aquel encuentra en ella su relevo. El
final de la historia es el triunfo de la libertad de la ciudadanía frente al poder del dictador y
su régimen, un triunfo motivado por la
venganza.
Miles de ciudadanos acuden al parlamento vestidos de V, o de Guy Fawkes, de la idea que representa esa máscara, decididos a enfrentarse a las fuerzas militares y apoyar y defender la venganza que les dará su libertad. “Todos somos una parte de él, todos estamos atrapados por él”. “Él era todos nosotros”.
Miles de ciudadanos acuden al parlamento vestidos de V, o de Guy Fawkes, de la idea que representa esa máscara, decididos a enfrentarse a las fuerzas militares y apoyar y defender la venganza que les dará su libertad. “Todos somos una parte de él, todos estamos atrapados por él”. “Él era todos nosotros”.
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