lunes, 16 de septiembre de 2013

Madrid 2020, si había alguna posibilidad, la falta de coherencia la ha eliminado

Imagen de lavanguardia.com
El pasado sábado, el especialista en comunicación política Francisco Carrillo, dijo en  el programa La Sexta Noche que “una vez perdida la credibilidad política, no se recupera”. La credibilidad de la clase política en España se está viendo sin duda cada vez más mermada, así lo justifican los procesos judiciales abiertos por casos de corrupción.


Contando con un Gobierno que ha incumplido su compromiso con los votantes, (pues su prometido “cambio” ha dado varios giros al ser puesto en práctica) en la defensa de la candidatura Madrid 2020 no ha ayudado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, haya empleado argumentos como este: “nuestra capacidad organizativa y financiera no deja lugar a dudas, Madrid siempre ha cumplido y cumplirá sus promesas". "Cuando hemos pedido a las administraciones que teníamos que reducir los gastos y subir impuestos, todo el mundo lo ha entendido. España ha demostrado que todo el mundo puede unirse detrás de un gran proyecto nacional como Madrid 2020".

La comunidad internacional conoce la mala situación económica de España, así como las críticas a sus representantes por la falta de explicaciones y de toma de responsabilidad frente a situaciones como los escándalos por corrupción o las reducciones de presupuesto para educación y sanidad. Así que, no es extraño que los miembros del COI hayan percibido una dosis de surrealismo en los argumentos que Rajoy ha empleado para apoyar la candidatura Madrid 2020.  
A esto se suma la falta de afinidad entre los discursos que han defendido la idoneidad de nuestra capital como receptora de los Juegos Olímpicos.

Las palabras, el tono y el gesto de Rajoy durante su intervención suenan imponentes y su forma de terminar me resulta desafiante: "He venido para decirles que Madrid desea con absoluta entrega acoger los Juegos Olímpicos y para recalcar el apoyo de todas las instituciones españolas a esta candidatura. Madrid desea ser su socio, espero que ustedes le otorguen su confianza". Además de la rigidez, no deja de mirar hacia abajo, ni siquiera dice con seguridad la frase final (eslogan): “Madrid tiene sentido”.

Ese discurso contrasta con el de la alcaldesa deMadrid, Ana Botella, que frente a la seria postura de Rajoy, opta por centrarse en que “Madrid es una ciudad divertida” y, hablando de lugares de Madrid y de su gente, actúa como si estuviera contando una historia de aventuras a niños menores de 8 años, pero a unos niños que la miraran con cara de espanto mientras ella eleva el tono en un lamentable inglés y hace muecas en un esfuerzo constante por sonreír. Además de esta actitud poco conveniente de la alcaldesa de Madrid, en su discurso emplea frases grandilocuentes sin fundamento, como: "Las olimpiadas también son una celebración de la vida, y nadie celebra la vida como los madrileños".

A propósito del idioma,  el hecho de que los videos de presentación,  tanto los del proyecto como los protagonizados por personalidades que lo han apoyado, se hayan emitido en inglés mientras Rajoy y el presidente de la candidatura, Alejandro Blanco, se dirigían a los miembros del COI en castellano, puede haber representado una falta de armonía comunicativa.

La intervención de Japón fue sin duda más coherente y, manteniendo un tono más relajado y amable, no se vio ese contraste entre los discursos de unos y otros ponentes. La princesa Takamado abrió y cerró la presentación, abordando en primer lugar lo que sabía que preocupaba al Comité Internacional, el problema de Fukushima, que después fue también tratado por el primer ministro japonés, Shinzo Abe: "Les garantizo que la situación de Fukushima está bajo control, nunca causará ningún daño a Tokio".

Tanto los representantes de Tokio como los de Estambul, hacen referencia al dopaje como punto a favor para ellos, por no contar con ese problema entre sus deportistas. 
Las declaraciones que sobre la eliminación de Madrid 2020 hizo la directora de la Agencia Estatal Antidopaje, Ana Muñoz, el pasado jueves en el Congreso, dejan ver una falta de coordinación entre la AEA y los responsables de defender la presentación en Buenos Aires.

El presidente de la candidatura y del COE, Alejandro Blanco, respondió a la pregunta del COI sobre la situación del dopaje en España que, se ha endurecido la ley al respecto, se ha perseguido a los deportistas y “se ha llevado al terreno judicial con las máximas garantías de endurecer las sanciones”, añade también que “la Operación Puerto surge por el compromiso del Gobierno y del movimiento del deporte de la lucha contra el dopaje”. Muñoz se ha quejado de que no se dijo que “no se han destruido bolsas de sangre” ante la pregunta, más concreta, del COI sobre la polémica Operación Puerto.

Quizá una falta de comunicación, de planificación para abordar asuntos delicados que, como este, preocupan a los miembros del COI, haya sido determinante para la eliminación de Madrid 2020. Pues la directora de la AEA dijo también en su comparecencia que, durante la presentación de la candidatura le llegaron mensajes de sus socios, “sorprendidos de lo que escuchaban porque a mí me habían escuchadocosas distintas”.


Tras el fracaso de 2012 y 2016, ésta ha sido la tercera candidatura de Madrid para conseguir organizar los Juegos Olímpicos, que pretendía el éxito con el empleo de un presupuesto oficial de 1.593 millones de euros. Y aunque, como en otros asuntos, la teoría acerca del empleo de fondos públicos habría sido distinta de la práctica[1], la candidatura de Tokio se ha presentado con un presupuesto base de 4.500 millones de euros.

Dado que la situación económica y política de España es de sobra conocida en el exterior, y teniendo en cuenta que el COI suele optar por celebrar los JJ.OO en continentes distintos cada edición, era difícil que Madrid consiguiera, sobretodo en 2016, ser  sede olímpica habiendo sido Londres la ciudad elegida para 2012.

Los responsables no han dejado de defender que las Olimpiadas traerían a España mucho más beneficio que gasto, pero una cosa es que los JJ.OO sean una oportunidad para mejorar la imagen de España y otra es que sean rentables y “necesarios” para mejorar la situación económica del país. El Ayuntamiento de Madrid tiene una deuda cercana a los 8.000 millones de euros, y frente a ello unas olimpiadas no pueden hacer milagros. Los JJ.OO no habrían sido la panacea para salvar la mala situación económica de los españoles que afrontan la deuda. Por poner un ejemplo de algo en lo que los madrileños sí necesitan que se invierta, cada vez son más las familias que recurren a ayudas sociales y los niños que se encuentran en situación de pobreza. Según publicó 20minutos el pasado lunes, “casi 14.000familias madrileñas con niños solicitaron en 2012 la Renta Mínima de Inserción”.

Otro argumento en el que se han basado el Estado y la Comunidad de Madrid, ha sido el aumento del turismo que para España supondría la celebración de los Juegos. Otra vez nos encontramos con  razones que se tambalean, pues volviendo al caso más reciente, el de Londres, el resultado fue que durante la celebración de los Juegos en 2012 hubo menos turistas que en años anteriores en las mismas fechas.

Aun así, bajo el poco convincente pretexto de que “toda España quiere y necesita los Juegos para salir de la crisis”, el intento de Madrid 2020 ha alcanzado los 5 millones de euros en contrataciones, de los cuales 2’39 millones se han destinado a una agencia de comunicación internacional. En el citado programa de La Sexta Noche, se explicó también que en la presentación de esta candidatura se han invertido 11 millones de dinero público, de los cuales 1’5 han sido para el asesor de Ana Botella Terrence Burns, que se afirma como autor de la polémica frase “relaxing cup of café con leche”.

A pesar de haber invertido millones en gestión de la comunicación, parece que una falta de coherencia, de naturalidad y de sinceridad, ha supuesto el fracaso definitivo de Madrid 2020. También se ha dejado ver cierta falta de humildad por parte de los responsables que, tras conocer la eliminación de Madrid en la primera ronda, no han mostrado ningún pesar por sus intervenciones. Alejandro Blanco dijo: "se compite, se gana o se pierde, pero mañana será otro día. No sé lo que ha pasado, en una votación secreta se acepta el resultado".

Claro, a ninguno de los presentes en Buenos Aires les van a pesar esos millones malgastados. Es comprensible que sintieran el fracaso mucho más algunos de los madrileños que seguían la presentación en directo.











 [1] Según indica eldiario.es, el presupuesto inicial para Londres 2012 fue de 2.900 millones de euros, pero finalmente el coste fue de 11.448 millones de euros.








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