Imagen de lavanguardia.com |
El
pasado sábado, el especialista en comunicación política Francisco Carrillo,
dijo en el programa La Sexta Noche que “una vez perdida la credibilidad política, no se recupera”. La credibilidad
de la clase política en España se está viendo sin duda cada vez más mermada,
así lo justifican los procesos judiciales abiertos por casos de corrupción.
Contando con un Gobierno
que ha incumplido su compromiso con los votantes, (pues su prometido “cambio”
ha dado varios giros al ser puesto en práctica) en la defensa de la candidatura
Madrid 2020 no ha ayudado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, haya
empleado argumentos como este: “nuestra capacidad
organizativa y financiera no deja lugar a dudas, Madrid siempre ha cumplido y
cumplirá sus promesas". "Cuando hemos pedido a las administraciones
que teníamos que reducir los gastos y subir impuestos, todo el mundo lo ha entendido.
España ha demostrado que todo el mundo puede unirse detrás de un gran proyecto
nacional como Madrid 2020".
A esto se suma la falta de
afinidad entre los discursos que han defendido la idoneidad de nuestra capital
como receptora de los Juegos Olímpicos.
Las
palabras, el tono y el gesto de Rajoy durante su intervención suenan imponentes
y su forma de terminar me resulta desafiante: "He venido para decirles que
Madrid desea con absoluta entrega acoger los Juegos Olímpicos y para recalcar
el apoyo de todas las instituciones españolas a esta candidatura. Madrid desea
ser su socio, espero que ustedes le otorguen su confianza". Además de la
rigidez, no deja de mirar hacia abajo, ni siquiera dice con seguridad la frase
final (eslogan): “Madrid tiene sentido”.
Ese discurso contrasta con el de la alcaldesa deMadrid, Ana Botella, que frente a la seria postura de Rajoy, opta por centrarse
en que “Madrid es una ciudad divertida” y, hablando de lugares de Madrid y de
su gente, actúa como si estuviera contando una historia de aventuras a niños
menores de 8 años, pero a unos niños que la miraran con cara de espanto
mientras ella eleva el tono en un lamentable inglés y hace muecas en un
esfuerzo constante por sonreír. Además de esta actitud poco conveniente de la
alcaldesa de Madrid, en su discurso emplea frases grandilocuentes sin
fundamento, como: "Las olimpiadas también son una celebración de la vida,
y nadie celebra la vida como los madrileños".
A propósito del idioma, el hecho de que los videos de
presentación, tanto los del proyecto
como los protagonizados por personalidades que lo han apoyado, se hayan emitido
en inglés mientras Rajoy y el presidente de la candidatura, Alejandro Blanco,
se dirigían a los miembros del COI en castellano, puede haber representado una
falta de armonía comunicativa.
La
intervención de Japón fue sin duda más coherente y, manteniendo un tono más
relajado y amable, no se vio ese contraste entre los discursos de unos y otros
ponentes. La princesa Takamado abrió y cerró la presentación, abordando en
primer lugar lo que sabía que preocupaba al Comité Internacional, el problema
de Fukushima, que después fue también tratado por el primer ministro japonés,
Shinzo Abe: "Les garantizo que la situación de Fukushima está bajo
control, nunca causará ningún daño a Tokio".
Tanto los representantes de Tokio como los de
Estambul, hacen referencia al dopaje como punto a favor para ellos, por no
contar con ese problema entre sus deportistas.
Las
declaraciones que sobre la eliminación de Madrid 2020 hizo la directora de la
Agencia Estatal Antidopaje, Ana Muñoz, el pasado jueves en el Congreso, dejan
ver una falta de coordinación entre la AEA y los responsables de defender la
presentación en Buenos Aires.
El
presidente de la candidatura y del COE, Alejandro Blanco, respondió a la
pregunta del COI sobre la situación del dopaje en España que, se ha endurecido
la ley al respecto, se ha perseguido a los deportistas y “se ha llevado al
terreno judicial con las máximas garantías de endurecer las sanciones”, añade
también que “la Operación Puerto surge por el compromiso del Gobierno y del
movimiento del deporte de la lucha contra el dopaje”. Muñoz se ha quejado de
que no se dijo que “no se han destruido bolsas de sangre” ante la pregunta, más
concreta, del COI sobre la polémica Operación Puerto.
Quizá una
falta de comunicación, de planificación para abordar asuntos delicados que,
como este, preocupan a los miembros del COI, haya sido determinante para la eliminación
de Madrid 2020. Pues la directora de la AEA dijo también en su comparecencia
que, durante la presentación de la candidatura le llegaron mensajes de sus
socios, “sorprendidos de lo que escuchaban porque a mí me habían escuchadocosas distintas”.
Tras el fracaso de 2012 y
2016, ésta ha sido la tercera candidatura de Madrid para conseguir organizar
los Juegos Olímpicos, que pretendía el éxito con el empleo de un presupuesto
oficial de 1.593 millones de euros. Y aunque, como en otros asuntos, la teoría
acerca del empleo de fondos públicos habría sido distinta de la práctica[1],
la candidatura de Tokio se ha presentado con un presupuesto base de 4.500
millones de euros.
Dado que la situación
económica y política de España es de sobra conocida en el exterior, y teniendo
en cuenta que el COI suele optar por celebrar los JJ.OO en continentes
distintos cada edición, era difícil que Madrid consiguiera, sobretodo en 2016,
ser sede olímpica habiendo sido Londres
la ciudad elegida para 2012.
Los responsables no han
dejado de defender que las Olimpiadas traerían a España mucho más beneficio que
gasto, pero una cosa es que los JJ.OO sean una oportunidad para mejorar la
imagen de España y otra es que sean rentables y “necesarios” para mejorar la
situación económica del país. El Ayuntamiento de Madrid tiene una deuda cercana
a los 8.000 millones de euros, y frente a ello unas olimpiadas no pueden hacer
milagros. Los JJ.OO no habrían sido la panacea para salvar la mala situación
económica de los españoles que afrontan la deuda. Por poner un ejemplo de algo
en lo que los madrileños sí necesitan que se invierta, cada vez son más las
familias que recurren a ayudas sociales y los niños que se encuentran en
situación de pobreza. Según publicó 20minutos el pasado lunes, “casi 14.000familias madrileñas con niños solicitaron en 2012 la Renta Mínima de Inserción”.
Otro argumento en el que
se han basado el Estado y la Comunidad de Madrid, ha sido el aumento del
turismo que para España supondría la celebración de los Juegos. Otra vez nos
encontramos con razones que se
tambalean, pues volviendo al caso más reciente, el de Londres, el resultado fue
que durante la celebración de los Juegos en 2012 hubo menos turistas que en
años anteriores en las mismas fechas.
Aun así, bajo el poco
convincente pretexto de que “toda España quiere y necesita los Juegos para
salir de la crisis”, el intento de Madrid 2020 ha alcanzado los 5 millones de
euros en contrataciones, de los cuales 2’39 millones se han destinado a una
agencia de comunicación internacional. En el citado programa de
La Sexta Noche, se explicó también que en la presentación de esta candidatura
se han invertido 11 millones de dinero público, de los cuales 1’5 han sido para
el asesor de Ana Botella Terrence Burns, que se afirma como autor de la
polémica frase “relaxing cup of café con leche”.
A pesar de haber invertido
millones en gestión de la comunicación, parece que una falta de coherencia, de
naturalidad y de sinceridad, ha supuesto el fracaso definitivo de Madrid 2020. También
se ha dejado ver cierta falta de humildad por parte de los responsables que, tras
conocer la eliminación de Madrid en la primera ronda, no han mostrado ningún
pesar por sus intervenciones. Alejandro Blanco dijo: "se compite, se gana
o se pierde, pero mañana será otro día. No sé lo que ha pasado, en una votación
secreta se acepta el resultado".
Claro, a ninguno de los
presentes en Buenos Aires les van a pesar esos millones malgastados. Es
comprensible que sintieran el fracaso mucho más algunos de los madrileños que
seguían la presentación en directo.
[1]
Según indica eldiario.es, el presupuesto
inicial para Londres 2012 fue de 2.900 millones de euros, pero finalmente el
coste fue de 11.448 millones de euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario