Este artículo se publicó en El Diario Fénix, digital activo hasta abril de 2017
Imagen de lapatria.com |
En los últimos días el concepto sobre el que más he oído hablar es “emprender”. En el 8º Foro de Empleo de la UCLM, que se celebró hace dos semanas en el campus de Toledo,
todas las comunicaciones que escuché compartían el objetivo de motivar a los
estudiantes bajo el lema del esfuerzo.
Allí nos aclararon que
emprender no significa sólo montar un negocio o financiar un proyecto, sino que
es, sobre todo, una actitud: la de ser proactivo. “Perseguir el éxito por
adelantado” es lo que tenéis que hacer, nos decía el coach ejecutivo Enrique Fuentes, especialista en entrenamiento de equipos comerciales. Personalmente me
gustó mucho su conferencia Coaching para la búsqueda de empleo, pero al
recordar sus consejos tengo cierta sensación de que se dirigían más a darnos
motivos para no perder la esperanza.
Haciendo un mix de esta conferencia y la anterior, impartida por el coach estratégico Juan Carlos Cubeiro, las conclusiones son que nuestra generación, aunque muy preparada, es pasiva, carente de responsabilidad y de compromiso, que debe empezar a emplear todas sus energías en perseguir el trabajo de sus sueños si de verdad quiere encontrarlo. Porque, según explicó Cubeiro, “ya no estamos en crisis”, sino que la crisis está en nuestro miedo porque estamos experimentando “un cambio de época radical”.
Haciendo un mix de esta conferencia y la anterior, impartida por el coach estratégico Juan Carlos Cubeiro, las conclusiones son que nuestra generación, aunque muy preparada, es pasiva, carente de responsabilidad y de compromiso, que debe empezar a emplear todas sus energías en perseguir el trabajo de sus sueños si de verdad quiere encontrarlo. Porque, según explicó Cubeiro, “ya no estamos en crisis”, sino que la crisis está en nuestro miedo porque estamos experimentando “un cambio de época radical”.
“¿Qué coste estáis
dispuestos a pagar por tener miedo?”
El miedo, otro concepto
que apareció en todas las ponencias a las que pude asistir y que, por abordar el
asunto de la precariedad laboral desde la perspectiva
de la automotivación y la superación de retos personales, me recordaron a las
charlas que más de una vez he mantenido con un familiar mío que es
psicoterapeuta. Invitándonos a pensar sobre nuestras metas, Fuentes nos
planteaba la pregunta: “¿Qué coste estáis dispuestos a pagar por tener miedo?” Creo que esta cuestión, como
otras que se plantearon en el mismo contexto, es algo que sin duda todos nos
debemos preguntar.
¿De verdad no hay crisis?
Aunque nos venga bien de
vez en cuando una dosis extra de motivación para no perder la pasión por lo que
nos gusta, creo que no son charlas a modo de lecciones de autoayuda lo que
necesitamos ahora los jóvenes españoles. Y no puedo ver la situación de una
forma tan optimista como para creer que no hay crisis en el mercado laboral
sino que la crisis está en nosotros mismos y en nuestra “falta de compromiso
con el éxito”.
Una cultura de la
responsabilidad
‘Responsabilidad’ fue otro de los conceptos
más nombrados al hablar de emprendimiento y futuro profesional. Y precisamente
hace unos días volvimos a hablar de la verdadera responsabilidad. Esa que entendemos
como asumir que tu supervivencia depende de tus esfuerzos. El pasado día 7, en
un acto de presentación de un nuevo medio de comunicación que tuvo lugar en el
campus de Cuenca, el alcalde de esta ciudad,
Juan Ávila, explicaba que la más que nombrada crisis en España “es, antes que
económica, una crisis social, política e institucional” y que uno de los
mayores problemas sociológicos es que “se dicen cosas para hacer que la gente
mire a otro lado”. En este sentido, hablaba el alcalde de la necesidad de
fomentar “la cultura de la responsabilidad, personal y ética” que lleve a una “revolución
cultural”, considerando, al igual que Cubeiro, que nos enfrentamos a un cambio
de era.
Al escucharlo y ver que defendía el verdadero significado de ‘responsabilidad’,
le pregunto por cómo nos tenemos que tomar que la clase política, con sus
privilegios legales y sus constantes faltas de responsabilidad hacia el
compromiso social que asumen con su cargo, pida a los ciudadanos una revolución
cultural basada en principios que tantos altos cargos parecen no conocer. Sin
dudarlo, Ávila me responde que “los políticos son los primeros que tienen que
dar ejemplo”. Pero ahí tenemos a nuestros corruptos, haciendo de la ‘Marca España’ un concepto de chiste, por esa costumbre nuestra de reírnos por no
llorar. Así que depende de cada uno de nosotros el fomentar esa cultura del
compromiso y el esfuerzo, porque sólo hay una forma, practicándola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario