Fuente: youtube.com |
¿Qué entendemos por bienes? ¿Qué es la riqueza? ¿La fabrican las empresas, las corporaciones? Estos son algunos de los interrogantes que el documental The Corporation, estrenado en 2004, nos invita a preguntarnos. Y ¿Qué es The Corporation, además del título de esta obra audiovisual?
Definida como una gran paradoja, por aportar tanto bienestar como daño a nuestras vidas, es la dinámica por la que se rige la organización de nuestra sociedad. Es una idea, la de trabajar por un bien común. Es una forma de vida, “como una familia” dice el documental, pero que instala la lógica corporativa, empresarial, como el modo de entenderla. Las corporaciones o empresas representan el ideal capitalista que pone en marcha y mantiene nuestra forma de asimilar la existencia y los bienes que encontramos en ella.
Fue a partir de 1712, con
la expansión de la era industrial, cuando se da el auge de las corporaciones.
El interés por la producción dio lugar a grandes multinacionales que desde
entonces no han dejado de capitalizar el tiempo de las personas. Destaca la
creación del concepto ‘persona jurídica’ para definir a las empresas, así los
intereses de estas se equiparan a los de aquellas, se definen los deseos de las
personas en términos de beneficio a corto plazo. Pues la propia naturaleza de
las corporaciones es optimizar costes, producir más por menos para alcanzar la
máxima rentabilidad.
Una empresa está integrada
por personas, pero no es una de ellas. The Corporation representa en este
sentido lo mismo que los hombres grises contra los que lucha Momo. Se llaman hombres, igual que una empresa se llama ‘persona jurídica’, pero son
precisamente devoradores de hombres, de su tiempo convertido en un beneficio
promocionado como común: el dinero y el bienestar que genera. Los ciudadanos se
definen así como “consumidores no pensantes de cosas que no quieren”. Siendo un
objetivo común, no nos sentimos culpables por formar parte o promover esta
capitalización, en la que por supuesto se dan distintos grados de
responsabilidad, pero a la que todos contribuimos.
La preocupación por el
Medio Ambiente o por las buenas condiciones laborales se ha convertido en una
cuestión de imagen, de marca para las corporaciones, pero no de compromiso. Por
eso incide el documental en la externalización, entendiendo la misma como el
traspaso de responsabilidades. Una empresa puede desentenderse de su responsabilidad
sobre los trabajadores que le prestan un servicio, externalizando el
mismo. Y nosotros, como colectividad que
ha aceptado el dinero como bien supremo, no nos sentimos culpables por los
daños que genera nuestra forma de vida, al medio ambiente o a otras personas
que no alcanzarán nuestro nivel de ‘bienestar’. El engaño se normaliza, porque
¿qué bien verdadero empujaría a las personas a esclavizar a otras y llamar a
eso bienestar? Y más aún, ¿a esclavizarse ellas mismas por conservar esta idea
que es The Corporation?
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