lunes, 13 de mayo de 2013

¿Hacia dónde nos dirigimos?

Internet  en la esfera pública y al servicio del poder
Imagen de culturasenred.com
Ya no podemos hablar de una sociedad de masas con un jerarquizado y unidireccional modelo de comunicación, en el que el poder político condensa toda la opinión pública.
La esfera pública cuenta ahora con la enorme presencia de las redes sociales, desde  donde los ciudadanos intervienen y se movilizan, reivindican una mayor transparencia del poder y modifican la gestión de la sociedad como conjunto. 

La comunicación en la red abarca dos dimensiones: La comunicación interpersonal y el público como sujeto activo. El individuo se encuentra con más capacidades de debate y de creación de contenidos y el concepto de consumidor queda sustituido por el de “prosumidor” de información. El riesgo está en la centralización del poder, que contaría con una mayor influencia respecto a las esferas periféricas. Nos encontramos en un estadio intermedio, donde el poder central intermedia con los medios de comunicación para dirigir la cultura con la que la ciudadanía interactúa.

Campaña electoral en las redes

El uso de Internet para la gestión de las campañas electorales no ha dejado de desarrollarse en nuestro país desde las elecciones de 2004. Cada vez se nota más que los partidos usan la red y montan trabajos audiovisuales sólo para la campaña. Los asesores de los partidos políticos intentan ganar apoyos recurriendo a la “campaña subterránea”, que consiste en colocar comentarios online que aparentemente son parte de la opinión ciudadana libre, pero son comentarios sesgados, fabricados.    
                                                                                                                           
En 2007 se produjo una colonización de la red por parte de todos los partidos. Un año después fue notable el desarrollo de dudosas redes de simpatizantes del PP y el PSOE; blogs que enlazan a otros blogs afines.

En la estructura que conforma el desarrollo de la comunicación de masas, distinguimos la fase vertical y la horizontal. La primera funciona a dos niveles: el medio envía un mensaje a la audiencia, que a su vez habla de lo que consume y lo comparte en las redes. La segunda fase hace referencia a la audiencia de carácter pasivo, que no puede interactuar con el medio.

Este policonsumo que se desarrolla en la red es favorable para el pluralismo, la libertad de expresión y el derecho a la información, pero todo ello trae consigo lo que puede verse como una disminución de la importancia de las fuentes, por la facilidad de introducir contenidos y ponerlos al alcance de muchas personas.

El contexto actual hace más vulnerables a los medios. Contribuye al chantaje ideológico, al hecho de que les intenten colar a los medios de comunicación más informaciones interesadas. Para no perderse en este entramado social, el periodismo tiene que estudiar las nuevas formas de interacción, un escenario donde la importancia del entretenimiento y la publicidad es cada vez  mayor.

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