Las sociedades donde se
desarrollan las dos historias están gobernadas por regímenes totalitarios,
que se sirven del dolor y el miedo como armas de cohesión. En ambas,
las provisiones que llegan a la sociedad civil, y que son administradas por los
soberanos, son muy limitadas. Los medios de comunicación de masas que aparecen,
están al servicio del poder y representan uno de los mayores pilares de los
regímenes absolutistas que gobiernan: –“¿Crees que la gente creerá esto?”
–“¿Por qué no?, esto es la BTN (British Television Network)” (00:13)
V se presenta como cómplice y salvador de Evey al tiempo que es su torturador. Y así lo hace O’Brien con Winston. Ambos, aunque persiguiendo un fin distinto, están convencidos de que la violencia puede ser usada para el bien. En 1984 está instaurada la neolengua, en V de Vendetta Valerie escribe en su autobiografía: “recuerdo cómo el significado de las palabras empezó a cambiar, diferente se volvió peligroso”.(1:16)
Evey encuentra en la carta
de Valerie, que termina con las palabras “Te amo”, la fuerza para vencer el
miedo y mantener las ganas de vivir, Winston también encuentra esa
fuerza en una declaración, la de julia; “a la vista de las palabras te
quiero, el deseo de seguir viviendo le dominaba”. (p.119) Tanto Evey como
Winston sufren un duro proceso de transformación mental, experimentan la
confrontación de ideas que G. Orwell define en su obra como “doblepensar”,
facultad de sostener opiniones contradictorias simultaneamente. (p.225)
El Canciller (John Hurt)
defiende que “El verdadero objetivo de este proyecto es el poder, la absoluta
hegemonía”. (1:33) Y O’Brien que “El partido quiere tener el poder por
amor al poder mismo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo” (
p.277-278)
El personaje de V es, al
mismo tiempo que un asesino, un salvador. A pesar de tener cosas en común con
el personaje de O’Brien, V es el bueno de la película, el héroe que devuelve la
esperanza al pueblo. V de Vendetta presenta la destrucción del
sistema represivo y el triunfo de la libertad de la ciudadanía como final. En
cambio, 1984 muestra cómo la humanidad sólo podía escoger entre la
libertad y la felicidad, que, en cualquier caso, no se dan. (p.263)
V es O’Brien y es un
utópico Winston, al igual que Evey y todos los
ciudadanos, que encuentran en la venganza su esperanza, su salvación.
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